Viernes por la noche tuvo lugar la cena de verano de Crepi, toda una tradición que año tras año vamos repitiendo y la verdad es que, como siempre, estuvo muy bien, y es que estos momentos en compañía de buenos amigos no tienen precio.
Fuimos a nuestro “restaurante” talismán y pedimos lo de siempre, enchiladas, nachos, tingas, fajitas, …, esta vez éramos bastantes y la verdad es que estábamos apretaditos, eso sí, ya lo sabíamos y es que ya son unas cuantas cenas en “nuestro” mexicano preferido. Luego para no perder la tradición fuimos a tomar algo y hubo un par de noticias “bomba” (las grandes noticias del equipo siempre se han anunciado después de las cenas que hacemos).
Luego un par más de copas y hacia casita. Merece mucho la pena salir a disfrutar en buena compañía de las noches de veranito y contar tus batallitas, en el fondo no sólo vivimos para trabajar y son en estos momentos en los que te puedes olvidar de los problemas del día a día.
