El jueves negro del deporte: cómo se gestionó una crisis que deja el año en el aire

“La peor mañana en años, y mira que llevo tiempo en esto”. “Es una decisión dolorosa, pero no queda otra que arrimar el hombro”. “Por responsabilidad”. El jueves se desató la tormenta que toda la industria del deporte veía llegar por el retrovisor y aspiraba a que no le alcanzara. Tras días esperando a que las autoridades movieran ficha, la víspera del viernes 13 se produjo la mayor avalancha de cancelaciones de eventos y cierres temporales de negocios que jamás se había visto en el sector. Así se fraguó una operativa que persigue un doble reto: preservar la salud de las personas, y evitar que este capítulo rompa con el crecimiento ininterrumpido de una industria que mueve 14.650 millones de euros en España.

El jueves los teléfonos empezaron a echar humo desde el primer minuto, desde el mundo del fitness al de la alta competición, pasando por los retailers deportivos. La decisión de Madrid de prohibir la apertura de los centros deportivos municipales marcaba el inicio de un goteo constante de anuncios por parte de operadores privados, muchos de los cuales decidían anticiparse a la Administración. “Es un tema que hay que dar pasos adelante, tenga el coste que sea”, admitía a este diario el director general de una de las principales cadenas españolas de fitness.

El impacto económico que tendrá la clausura de todos los gimnasios durante unas semanas no está claro, aunque otro de los ejecutivos más relevantes se mantenía firme, pese al coste que tendrán que asumir. “Es el momento de dejar al lado la cuenta de explotación y desde la responsabilidad con humildad ayudar a minimizar el impacto de esta pandemia”, admitía.

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