La temporada de esquí afronta su coletazo final pendiente de las temperaturas

La temporada blanca 2018-19 arrancó con unas expectativas muy altas debido a la prematura caída de la nieve. Fue histórica la apertura de Masella a principios de noviembre, lo que hacía prever una campaña récord. Sin embargo, las condiciones meteorológicas han estado marcadas por semanas de altas temperaturas que, junto a la escasez de precipitaciones, han jugado en contra de la situación en muchos dominios de España y Andorra. Las nevadas de los últimos días han permitido la ampliación de los kilómetros esquiables en algunas estaciones, pero los negocios de venta y alquiler de material están a la expectativa del tiempo.

“La temporada va regular por la falta del elemento principal”, sentencia Patrick Besson, propietario de Patrick Sport. “Cada vez que hay una nube las ventas se animan pero nos faltan precipitaciones. Ha sido así durante toda la temporada. Suerte de que nuestros clientes esquían por todo el mundo y buscan la nieve en estaciones de otros países”, explica.

En la misma línea, Luis Santisteban, propietario de Santisteban Sport, en Sierra Nevada, señala que la temporada arrancó bien en diciembre y Navidad, pero a partir de enero “pegó un bajonazo”. El detallista incide en que ha hecho demasiado calor y que “no hay ambiente de nieve”. A su juicio, “es difícil que la gente se compre un anorack por capricho con estas temperaturas, a pesar de los grandes descuentos que hay”.

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