El camino a Cetina sería por la carretera “vieja” por donde nosotros íbamos y veníamos hace ya muchos años a Galicia, eso sí con paradas obligadas por el camino… Astorga ciudad pequeñita pero preciosa, Peñafiel, parada obligada para comprar un Ribera de Duero (preciosa la carretera que pasa por todas las viñas de la D.O… Protos, Vega Sicília, …un paisaje excepcional), la última parada del viaje fue en Burgo de Osma para llegar a Cetina poco antes de una cena familiar para la bienvenida, casi nada…
El sábado teníamos la boda de unos amigos de Elena, todo fue muy bien y, evidentemente, el domingo toco jornada de descanso y de recuperación de la resaca del día anterior, con visita por las calles de Cetina por la tarde donde destaca el castillo (privado y en mal estado) donde se casó Quevedo (foto de arriba)
El lunes nos fuimos hasta Sigüenza pequeña ciudad manchega muy bonita y otros pueblos de la zona, ya por la tarde un poco de piscina y frontennis antes de irnos de “merienda” lo que nosotros entendemos por una barbacoa para cenar en casa de un amigo, estuvo genial.
Martes, tocó los pueblos de los alrededores para conocerlos y también conocer un poco la zona, totalmente diferente de Galicia, que contraste!!!, por la tarde más piscinita para coger fuerzas para el día siguiente 😉
Miércoles, madrugón para ir y pasar todo el día en la Expo de Zaragoza, estando tan cerca era una cita obligada. La verdad es que merece la pena ir, evidentemente en una jornada no puedes verlo todo, pero sólo por visitar el Acuario, la “cercavila” del Circ du Soleil y la torre del Agua pues ya merece la pena. ¿Los pabellones? Pues la verdad es que nosotros íbamos a los que no tenían cola o donde había poquita, un poco de todo, desde los que valían la pena hasta los que eran oficinas de turismo o puros mercadillos. De todas maneras por ver todo el recinto y alguna cosa más ya merece la pena estando tan cerquita (abajo foto del grupo de gente que fuimos).
Jueves, visita a un embalse de las proximidades para por la tarde volver a organizar otra merienda que nada tuvo que envidiar a la anterior 😉
Viernes, comida familiar, tarde-noche de despedidas ya que el sábado por la mañana volvíamos a Barcelona para cambiar de ropa y maletas y emprender la última etapa de nuestras vacaciones…
